El análisis cerámico del Dr. Alberto Pérez, ha evidenciado el primer uso de levadura fermentativa para hacer mudai o chicha por las poblaciones Pitrén de la frontera chileno-argentina, lo que indica un origen diferente al europeo que se creía.
Arqueólogos y biotecnólogos analizaron restos cerámicos de 1000 años de antigüedad ubicados en la frontera chileno-argentina, restos que eran usados para fermentar frutos, semillas y granos con el objeto de hacer “chicha”. El análisis identificó una levadura que da origen a la cerveza lager en América del Sur, 200 años antes que apareciera en Bavaria.
La prueba se realizó en 14 sitios arqueológicos que tienen un buen registro cerámico en la zona limítrofe entre Argentina y Chile. Dos de ellos dieron positivo para un tipo específico de levadura fermentativa de bajas temperaturas conocida como Saccharomyces eubayanus. Esta levadura hoy es tema en los estudios tecnológicos, ya que es considerada como el pariente perdido de la levadura fermentativa que da origen a la cerveza lager en el siglo XVI en Europa.
El Doctor Alberto Pérez, investigador del departamento de Antropología de nuestra casa de estudios nos explica que “en un contexto en donde hay contacto e interacciones entre Sudamérica y el viejo mundo, se confirma que esta levadura ambientalmente era conocida para la región de La Araucanía. Estaba muestreada, lo que no teníamos era la confirmación de su uso, hasta ahora. La cronología es interesante porque es prehispánica. Pudimos identificar levadura fermentativa en contextos atados entre 730 y 920 antes del presente, o sea claramente prehispánicos”.
Esto se convierte en un hito relevante para la arqueología, ya que sería la evidencia más temprana de humanos usando esta levadura para hacer alcohol.
Los estudios han sugerido que gran parte de la alfarería encontrada en estos sitios arqueológicos corresponden a la denominada “Tradición Arqueológica de los bosques templados”, definido para el sector cordillerano del centro sur de nuestro país y también conocida como la expresión cordillerana y tardía del complejo Pitrén. El Dr. Pérez nos cuenta que “eran habitantes desde la costa hasta la cordillera y que en cada ambiente alternan en preferencia la recolección vegetal, caza, pesca y horticultura de tala y roce. Estupendos ceramistas, son los antecesores de los fabricantes y portadores de las vasijas pintadas Rojo sobre Blanco, los mismos que al arribo de los conquistadores españoles bebían mudai en esos jarros pintados” explica.
Complementa el análisis sobre la producción de bebidas fermentadas comentando que “debió requerir de la recolección abundante de productos y del trabajo colectivo estacionalmente organizado para su más efectivo aprovechamiento. Los recipientes cerámicos seguramente facilitaron su producción, aunque sabemos que también utilizaban cueros de grandes animales y recipientes de madera. Pero sin lugar a dudas el componente principal era la levadura adecuada para estos climas templados, por lo que consideramos que la fermentación a esta latitud y en aquella época fue un desarrollo biotecnológico notable” finalizó el Dr. Pérez.
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